¿Alguna vez has utilizado una esponja para limpiarte el cutis, pero no como removedor de algún jabón facial, crema o maquillaje, sino como limpiador o exfoliador en sí, que forme parte de tu rutina diaria de belleza? Yo nunca, hasta hace poco que una amiga me recomendó una, llamada Konjac. Incluso, me mostró cómo usarla. Al principio, observé con recelo. Le tenía algo de aprensión a la idea de restregarme la cara con un pedazo de fibra que siempre he relacionado con el lavado de los platos y por más suave que me dijeran que era esta esponja, sentía que al pasármela por la cara, me la iba a maltratar o a arrugar.
Pero tiempo después leí, que esta en particular, era excelente para la circulación de la piel y la rosácea, condición que sufro. Así que me lancé a comprarla. Esta esponja surcoreana (si hay país que sabe sobre el cuidado de la piel es Corea del Sur), proviene de la planta milenaria Konnyaku o Konjac, la cual no solo atesora un alto contenido de fibra, sino que también es rica en fósforo, potasio, hierro, magnesio, sodio y, como si fuera poco, contiene vitaminas, A, E, D y C.
Para fabricar la esponja se utiliza su raíz, compuesta en un 97% por agua y un 3% de glucomanato, la cual es molida y mezclada con agua, creando un producto 100% natural y biodegradable, sin ninguna clase de conservantes o aditivos, lo que hace que la piel no se irrite.
Además, debido a su ligera textura y pH neutro, la esponja Konjac no tiene efectos adversos en ningún tipo de cutis sea, seco, graso, mixto, hipersensible o maduro. De hecho, también puede usarse tanto en bebés como en niños, y al ser astringente, antiinflamatoria y antibacterial, la convierte en un milagroso cosmético «medicinal» para el rostro y el cuerpo.
Así también lo demuestra su amplia gama de beneficios:
-Esponja blanca: con Konjac puro, apta para todo tipo de piel.
-Esponja negra: con carbón de bambú, ideal para pieles con puntos negros, acné y manchas.
-Esponja verde: con arcilla verde, adecuada para pieles mixtas y grasas.
-Esponja roja: con arcilla roja francés, para piel madura y deshidratada. Es alta en óxido de hierro y oligoelementos que aceleran el proceso de regeneración de la piel.
-Esponja rosa francés: con hierro de sílice. Perfecta para pieles ásperas y deshidratadas y excelente para promover la circulación.
La mía
Llevo algo más de un mes ensayando la esponja negra, pese a que en teoría, me convendría más usar la verde, ya que mi piel es mixta y no sufro de acné. Tampoco de puntos negros, pero lejos de maltratarme la piel o arrugarla como pensaba, he visto una mejoría significativa en la textura de mi cutis. Está más luminoso, limpio y terso.
Fácil de usar
Usarla no podría ser más fácil. Simplemente, mojas la esponja en abundante agua tibia hasta que se suavice totalmente. La escurres. Luego, limpias tu rostro con delicados masajes circulares sin la necesidad de aplicar ningún tipo de limpiador, aunque, si así lo deseas, podrías hacerlo, pero eso sí, nunca la utilices en seco.
Puedes usarla diariamente, incluso dos veces al día. Al terminar, debes asegurarte de que quede bien enjuagada. La escurres y la dejas secar en un espacio ventilado para no dañar sus fibras naturales. Asimismo, se aconseja desinfectarla de tanto en tanto, sumergiéndola en agua hirviendo por unos minutos para maximizar su vida útil que es de unos dos o tres meses, aunque en ambientes húmedos, como en el que vivo, se recomienda esterilizarla cada 15 días para evitar la formación de hongos.
Por otro lado, también leí que, luego de que la esponja esté totalmente seca, puede ser guardada en el refrigerador para que se mantenga fresca, algo que aún no he ensayado. ¡Eso es todo! En poco tiempo, te aseguro que verás el cambio.