¿No les parece mágico entrar a un lugar que los envuelva con el delicioso y acogedor aroma de sus velas? ¡Seguro que sí! Pero más mágico aún, es el hecho de que quizá ese mismo lugar, pudo haber sido un espacio lúgubre y sin vida que gracias a esas velas que tanto los cautivaron al entrar, lograron transformarlo en uno lleno de armonía y buena vibra. ¡Así de poderoso es el efecto de las velas aromatizadas! Por esto y por más razones que les contaré a continuación, son muchas las personas que le apuestan a este tipo de velas y yo, ¡soy una de ellas!
Manantial de luz y sanación
Utilizadas antiguamente como fuentes de luz, no fue hasta la Edad Moderna que las velas aromatizadas entraron en escena cuando los franceses comenzaron a mezclar la cera con exquisitas fragancias, convirtiéndolas en elementos decorativos que a su vez, perfumaban el entorno, levantaban el ánimo y alimentaban el alma.
Con el tiempo, fueron asumiendo un rol cada vez más importante en el bienestar de la salud por el gran impacto que ejercían en los sentidos, ya que como muchos saben, las esencias naturales tienen poderes curativos y las velas aromatizadas, además de las virtudes mencionadas anteriormente, vienen cargadas de ellas. Algunas relajan, disminuyendo el estrés; otras, energizan y estimulan nuestra creatividad; y prácticamente todas, nos traen recuerdos y transportan a lugares.
Su vasta gama de fragancias encaja como anillo al dedo con el célebre refrán, «sobre gustos y colores, no han escrito los autores» y en mi caso particular, el aroma a lavanda, pese a ser el favorito de muchos por calmar la ansiedad, no ha logrado conquistarme. Lo mismo me sucede con el sándalo que, aun cuando es ampliamente conocido por mejorar problemas respiratorios y de artritis, lo encuentro muy intenso.
Igualmente me ocurre con los cítricos. Estos, generalmente no entran en mi wish list a la hora de comprar una vela, ya que me alteran un poco, lo cual puede sonar algo contradictorio, ya que su gran popularidad se basa precisamente en su efectividad por ayudar a regular la presión y la tiroides, amainar el dolor de cabeza y combatir el miedo, la tristeza y el estrés.
Sin embargo, como toda regla tiene una excepción, quisiera resaltar una vela cítrica que me encantó desde el momento en que la vi. Se trata de Lemon Three, una fragancia de la pequeña colección de la marca, Catalina Córdoba, elaborada con cera de soja y aceites esenciales, que con su exquisita y refinada combinación a base de limón, naranja y mandarina, entre otros aromas frutales, no solo alegra mis días y aumenta mi concentración a la hora de escribir, sino que también, purifica el aire y neutraliza los malos olores.
Otra excepción que descubrí recientemente es Alegría, de la firma colombiana, La Veranera, cuyas sutiles notas amaderadas del cedro, le brindan calidez y la mejor de las energías a mi hogar; y al igual que Alegría, cada una de las velas aromatizadas de La Veranera es elaborada a mano, con una cera suave pero sólida, vertida en envase de vidrio reciclado y dotada de un pabilo de doble lámina de madera para formar una llama uniforme. Adicionalmente, como cereza del pastel, viene acompañada de un hermoso mensaje inspiracional que llega al corazón.
Continuando el recuento sobre mi ambivalente relación con los cítricos, justo al estar escribiendo sobre La Veranera, la ley de la atracción parece haber hecho de las suyas al recibir de regalo, Cariño Mío, otra vela de esta marca que, para mi sorpresa, me atrapó con la delicada frescura de su aroma a limonaria.
Por otro lado, una de las fragancias que no puede faltar en mi cocina es el eucalipto. Para mí, es sinónimo de pulcritud y pureza, ¿y cómo no serlo si es un antiséptico natural? Además, he escuchado que libera el ambiente de energías negativas. Para ello, frecuentemente recurro a Euc(á)lyptus, de Archipelago Botanicals, marca californiana que lleva cerca de 25 años en el mercado, de la que igualmente compro los aromas Magnolia y Jäsmine.
Estas dos últimas velas poseen una personalidad tan arrolladora, que hacen que el ambiente de mi hogar haga un giro de 180 grados. Tanto así, que no hay persona que entre a mi casa, que no les haga un cumplido. Es como si sus fragancias hicieran el papel de espléndidas anfitrionas: esas que siempre reciben a sus invitados con una amplia sonrisa y los hacen sentir como en su propia casa.
Velas que dejan huella
Por su parte, la vela English Pear & Freesia de la firma británica, Jo Malone London, convierte cualquier espacio en un romántico jardín inglés. Desde que la descubrí hace unos 15 años cuando vivía en Londres, le sigo siendo fiel. Su aroma floral se singulariza por su sutileza y exquisitez, pero además, por la clase y distinción que encarna. Basta con ver la presentación de su inmaculado envase y su clásico y elegante empaque sustentable para saber que están adquiriendo un artículo de lujo.
Una vela que vengo comprando desde que salió al mercado es Balsam, de Catalina Córdoba. En ella encuentro una especie de equilibrio emocional con su mezcla de rosas, lirio, jazmín y lavanda que me invita al descanso o a hacer una merecida pausa en medio de mi rutina diaria.
Dos que adquirí hace poco y que me han gustado mucho son Feu de Bois (lumbre de leña) de la firma parisina, Diptyque y Jardines de Valencia, de la tradicional empresa española de porcelana de arte, Lladró.
La primera, tiendo a prenderla en los días lluviosos y ¡vaya que llueve aquí en Panamá! Su olor amaderado me regala ese calor de hogar que tanto se necesita en esos momentos grises y húmedos cuando lo que más le provoca a uno es meterse bajo las cobijas. La segunda, la utilizo cuando quiero sentirme inspirada y activa, pero serena a la vez, algo que su dulce aroma afrutado con notas de vainilla y bergamota logran a cabalidad.
LOTO DL SVR (Loto del Sur) es otra marca, que además de encantarme, me enorgullece, ya que sus velas artesanales, envasadas en vidrio 100% reciclado, son fabricadas en mi país natal, Colombia, evocando tanto las historias de mi tierra, como los hermosos recuerdos de mi infancia y cultura.
Hace un par de meses visité Cartagena y aproveché para reabastecerme de sus velas. En esa ocasión pude traerme varias del aroma Exlibris IV, inspirada en uno de los capítulos de la obra maestra, «Cien años de soledad» escrita por nuestro Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez (q.e.p.d.).
Con olor a Navidad
Ahora que acabamos de pasar la temporada navideña, recordé que la primera vela perfumada que tuve fue una con olor a Navidad. Era de la marca británica,The White Company London. Aún vivía en Inglaterra y una de mis amigas más allegadas se presentó en mi casa con una hermosa caja cuadrada de color blanco y bordes rojos que atesoraba una enorme vela redonda de tres pabilos con acentos dominantes de canela, clavo y naranja. ¡Ufff, qué fragancia tan inolvidable!
Es más, si no estoy mal, fue precisamente esa vela la que despertó mi interés por las de olor y aunque no recuerdo el nombre de aquel aroma, apostaría que hoy día sería la de Winter Signature Candle, una de las best sellers de esta compañía de artículos para el hogar.
Año tras año la encendía con emoción, porque cubría mi hogar de todo lo que representaba la época más alegre y hermosa de todas hasta que descubrí la de pino, convirtiéndose desde entonces, en la protagonista de mi casa durante dichas festividades.
Sencillamente amo el olor a pino. De hecho, he ensayado varias marcas pero a la final, Fraser Fir de Thymes, termina siendo la indiscutible ganadora. La magia navideña que desborda es tan singular que no solo no tiene parangón, sino que hasta ahora no he logrado encontrar las palabras adecuadas para hacerle justicia a lo que siento cuando la pongo en acción. Sin embargo, intentaré darles una idea:
Me veo en una pequeña y solitaria cabaña, inmersa en un gigantesco bosque de pinos vestidos de la más tierna y silenciosa nevada desde donde solo se alcanzan a escuchar los lejanos villancicos de un pueblo cercano. Junto a su acogedora y calurosa chimenea degusto una deliciosa taza de chocolate caliente, mientras observo a través de mi ventana de perfiles de madera y cristales empañados, caer la más hermosa de las noches, iluminada por una brillante luna llena, que reposa plácidamente en medio del más estrellado de todos los cielos.
¿Qué tal? ¿Lo logré? Creo que no. Así que mejor la describiré con una expresión que utiliza una de mis mejores amigas cuando queda descrestada con algo: «¡Donde mueren las palabras!».
Pero mi búsqueda por encontrar diversos tipos de velas perfumadas continua… Cuatro marcas que tengo en la mira son oOumm, Trudon, Baobab y Nette con su aroma Into the Forest Candle. Las primeras dos son francesas, de impecable presentación y fragancias excepcionales, en especial oOumm, cuyas atípicas formas geométricas de sus portavelas, diseñadas por grandes artistas, hacen voltear miradas.
Asimismo, la marca Baobab llamó mi atención cuando tuve la oportunidad de disfrutar su exquisita vela floral Aurum, hecha con esencias de jazmín de arabia y almizcle divino; y en lo que respecta al aroma Into the Forest Candle de Nette, les confieso que mi curiosidad por ensayarla no solo radica en el hecho de que esté inspirada en el pino y que sea elaborada con cera de soja de coco o que posea beneficios terapéuticos para aquellos que deseen recargar energías y liberar su mente de las preocupaciones, sino principalmente, en que nació como una edición limitada sostenible en colaboración con Tata Harper, una marca de productos orgánicos para el cuidado de la piel en la que confío, ya que la vengo usando desde hace varios años con excelentes resultados.
Y poco antes de terminar este escrito, me topé con Mixture, una marca de velas ecoamigables que desconocía. Fue tanto lo que me gustó que no me pude resistir a dedicarle unas cuantas líneas.
Confieso que sus velas de olor vienen en una presentación que llama poco la atención, pero no por eso se deben dejar pasar por alto o subestimar su calidad, ya que cuenta con un extenso abanico de interesantes mezclas aromáticas fuera de lo común, como Salt & Sage (Sal & Salvia), Orange Vanilla (Vainilla de naranja), Cilantro y Sicilian Fig (Higo siciliano), la cual terminé llevándome a casa, entre otras.
Anatomía de una vela
¿Pero cómo saber si estoy comprando una vela de calidad? Personalmente, lo primero que tengo en cuenta, además de su aroma y presentación, es su tipo de cera.
Una vela elaborada con cera de parafina, sustancia derivada del petróleo, no solo dura menos tiempo, sino que emite vapores de benceno y tolueno, los cuales son nocivos para la salud, mientras que una de soja, al ser ecológica y biodeagradable, combustiona a menor temperatura, proporcionando mayor durabilidad, fuerte luminosidad y bajo nivel de toxicidad.
Otro punto a su favor es que no deja residuos en el envase cuando la encendemos, ni tampoco permite que se esparza el humo de su mecha cuando la apagamos y, al ser cera natural, si llega a caer en alguna tela, puede ser removida fácilmente.
Luz en nuestras vidas
Como pueden ver, soy una irremediable admiradora de las velas de olor. De hecho, hay muchas más que me encantan, pero temo que si continuo la lista, jamás podré acabar este artículo. Y no se confundan, pese a que principalmente me he referido a los aromas, los que también pueden disfrutarse en difusores o pebeteros, son las velas a las que siempre le pongo el ojo ya que solo ellas conforman esta singular mancuerna que nos permite deleitarnos con el sutil y luminoso baile de sus llamas mientras sucumbimos ante la seductora tentación de sus fragancias.
Así que sea cual sea el tipo de vela aromática que deseen adquirir, todas poseen una magia única que siempre los hará sentirse mejor. Por esto, ¡háganlas siempre parte de sus vidas!
Para quienes vivimos en Panamá podemos encontrar algunas de estas marcas de velas perfumadas en las siguientes tiendas:
La Veranera: Santa Piel, Mall Multiplaza (@santapielsw)
Catalina Córdoba: Catalina Córdoba Boutique, Costa del Este (@soycatalinacordoba)
Jo Malone: Aeropuerto Tocumen (@jomalonelondon)
Mixture: Casa Boutique, San Francisco (@casaboutique)
Lladró: Snob Shop, Mall Multiplaza (@snobshop); The Social Corp, PDC, Costa del Este (@the_social_corp)
Fraser Fir de Thymes: Miscellany Casa, San Francisco/Miscellany, Costa del Este (@miscellanycasa); Life Plus, Zona Industrial, Costa del Este (@lifeplus_pty)
Archipelago Botanicals: Miscellany Casa, San Francisco/Miscellany, Costa del Este (@miscellanycasa)
o0umm y Baobab: La Esquina, Mall Multiplaza (@laesquinapanama)
Para aquellos que viven en mi tierra natal, Colombia, pueden encontrar las siguientes marcas de velas de olor en:
La Veranera: St. Dom, Cartagena (@stdomofficial)
LOTO DL SVR:
Barranquilla: Centros comerciales Mall Plaza Buenavista y Viva Barranquilla
Bogotá: Centros comerciales Gran Estación, Andino, Unicentro, Santafé, Colina, Hotel Grand Hyatt y Aeropuerto El Dorado Internacional y Nacional
Bucaramanga: C.C. Cacique
Cali: C.C. Jardín Plaza
Cartagena: Centro Histórico, C.C. La Serrezuela y Aeropuerto Rafael Núñez
Chía: C.C. Fontanar
Envigado: C.C. Viva Envigado
Medellín: Arkadia, C.C.El Tesoro y Aeropuerto José María Córdoba
Pereira: C.C. Parque Arboleda