No tengo una piel fácil. De adolescente pasé varios años peleando con el típico brote hormonal en mi cara y pese a que no era un acné protuberante, fue algo que me mortificó durante casi toda esa etapa en la que uno está haciendo la transición de niña a mujer.
Poco a poco se fue disipando y antes de los 20, se había convertido en algo del pasado. Sin embargo, ahora que no sufro de brotes, tengo rosácea. Esas fastidiosas venitas rojas (vasitos sanguíneos) que aparecen en la cara y que llegan para quedarse. Así que, regularmente tengo un leve enrojecimiento en la cara.
Por esto, vivo alerta con respecto a los productos que me pongo en la piel. Antes de comprar alguna humectante o limpiadora, debo fijarme que sea adecuada para una piel mixta, sensible y con rosácea.
Si recuerdo bien, hace unos nueve años le oí hablar a una amiga sobre una nueva marca de productos para el cuidado de la piel, llamada Tata Harper. La habían lanzado recientemente al mercado y era 100 por ciento natural. En el momento pensé que, como muchas otras que me habían recomendado en el pasado, ésta tampoco me iba a funcionar, pero me llamó la atención que la fundadora de aquella línea de belleza, era de mi ciudad natal, Barranquilla, y luego de un tiempo, decidí arriesgarme a probarla.
Para mi sorpresa, no solo me funcionó perfectamente, sino que me encantó. Los tres primeros productos que compré fueron el Rejuventating Serum, el Regenerating Cleanser y el Restorative Eye Cream, éste último para el contorno de ojos. La piel adquirió enseguida un brillo natural y una humectación que parecía venir de adentro, especialmente con el Regenerating Cleanser, ya que como actúa como un suave exfoliador, noté que me dejaba la piel súper limpia, sin maltratarla ni resecarla. ¡Se convirtió en seguido en mi favorito!
Fascinada con mi nuevo descubrimiento, decidí probar otros productos más. Esta vez fueron el Resurfacing Mask, el Clarifying Cleanser, el Hydrating Floral Essence, los lip and cheek «Very Charming» y «Very Naughty» y el Retinoic Oil. Todos continuan siendo parte de mi rutina de belleza excepto éste último. Con los aceites siempre he tenido una pelea constante y pese a que el Retinoic es un aceite liviano, en general, no puedo con ellos.
El Hydrating Floral Essence lo uso a cualquier hora del día. El estallido de nutrientes que sale al oprimir el atomizador me deja la piel fresca e hidratada. Cuando lo uso para dormir, me levanto al día siguiente con la piel «rejuvenecida». No se si esa sea una de sus funciones overnight, pero eso es lo que veo en el espejo por la mañana. Se ve alimentada, nutrida.
El Clarifying Cleanser es una limpiadora súper fresca que intercalo con el Regenerating y pese a que me deja la piel súper limpia sin meterse con mi rosácea, me gusta más el Regenerating al que de vez en cuando le pongo el Resurfacing Mask, una especie de gel que le da un glow natural a mi cara.
Por su parte, los lip and cheek son facilísimos de usar. Quedo maquillada en un dos por tres con mínimo esfuerzo. Su textura es cremosa, pero sin ser aceitosa y para mí eso es importantísimo, ya que no puedo ponerme nada que me saque ese brillo mantecoso que lo hace ver a uno descuidado y sucio. Me echo un poco en las mejillas, párpados y boca y con esos toquecitos basta para empezar el día. Lo mejor de ellos es que son un maquillaje natural. Es decir, no estoy poniéndome ningún ingrediente químico, como pasa con el maquillaje regular.
No suelo recomendar productos porque cada persona es diferente, con diversos gustos y necesidades, pero teniendo en cuenta que mi piel es un poco complicada, asumo que si me ha servido a mí, le podrá servir a cualquiera. Además, si eres de las que llevas o quisieras llevar un estilo de vida sano y libre de toxinas, estos productos de belleza son los indicados para hacerlo.