Para muchos, viajar es uno de los grandes placeres de la vida. Uno en donde se conoce, se disfruta y se descansa. Bueno, digamos que esta sería la manera tradicional de viajar, pero para Adriana, mi dinámica amiga, es también una forma de ejercitarse y no precisamente patoneando tiendas. Ella prefiere vacacionar sobre dos ruedas.
SOBRE LAS DUNAS DEL SAHARA |
Así conoció Marruecos: en bicicleta. Y quienes han visitado este singular país africano, repleto de bazares y mercados de especias, saben también que es una tierra de mágicas costas, implacables desiertos y alucinantes paisajes con empinados ascensos e interminables rectas. Pero Adriana no se dejó espantar por su arduo terreno. Por el contrario, lo abrazó con entusiasmo y tenacidad, pedaleando el país de «Casablanca» y «El Tiempo entre Costuras» por diez días, bajo un soleado, pero fresco octubre.
Fueron casi 500 kilómetros a pedal en tandas de 30 a 100 kilómetros diarios (unas tres a cinco horas). “Después del desayuno, alrededor de las 8am, iniciaba el trayecto de ruta del día. Siempre íbamos acompañados de carros escoltas por seguridad o por si alguien decidía no querer o poder pedalear más. Al mediodía se hacía una parada para almuerzo, conversar, compartir y tipo 2pm arrancábamos nuevamente hasta llegar al próximo destino en donde pasaríamos la noche. Las veladas eran sumamente agradables, porque a diario compartíamos la cena juntos: las 12 personas comíamos, tomábamos un poco de vino, conociéndonos cada día más”, recuerda.
PEDALIANDO ZAGORA |
RECTO A OUIRGANE |
VISITANDO AIT BEN HADDOU |
Esta aventura la llevó por las suaves dunas e imponente Atlas descubriendo las maravillas de Marruecos con energía y en primer plano. Sus ruedas sintieron el pulso de lugares como Casablanca, Ouarzazate, Zagora, M’Hamid, desierto del Sahara, Ait Ben Haddou, Ouirgane, Essaouira y Marrakech.
AL ESTILO LAWRENCE OF ARABIA |
“Si solo llegas a Marrakech es impresionante y seguramente nunca lo olvidarás, pero es tan solo una cápsula de lo fantástico y diferente que es este país. Todo lo demás vale la pena conocerlo. El descenso de la mezquita Tin Mal a Ouirgane con el paisaje del Monte Toubcal, el más alto de Marruecos, fue maravilloso, pero lo más inolvidable fue el momento cuando llegamos a la entrada del Sahara e intercambiamos nuestras bicis por camellos para iniciar una caravana que nos llevaría al campamento donde por primera vez experimentamos vivir y pasar una noche en el desierto. Fue un espectáculo de música, comida, risas, arena, oscuridad, millones de estrellas y un amanecer delirante”, expresa.
CARROS ESCOLTA DE GREAT EXPLORATIONS |
Su viaje lo realizó a través de la empresa canadiense Great Explorations, que se dedica a organizar viajes de ciclismo en las zonas de Europa, Asia, Estados Unidos y Canada. “Amamos tanto viajar y amamos tanto el ciclismo, que encontramos la fórmula perfecta para combinar los dos. Organizar una vacación de ciclismo es una forma extraordinaria de recorrer y tener contacto con un destino y cultura nuevos. Es una excelente forma de disfrutar países exóticos como Marruecos”, puntualiza.
Fotos: Cortesía de Adriana Kudo
Feliz de poder compartir este espacio contigo y con todas las hermosas mujeres que tenemos la dicha de ser tus amigas! Gracias por encontrar un espacio, en tu escritura, para mi encuentro con Marruecos.
¡Feliz de que hayas confiado en mi y en aceptar ser mi primera invitada a participar en mi blog!